SOBRE LA PONENCIA POLITICA DEL PNV

(NOTICIAS DE "EL CORREO" Y "EL PAIS")

 

NOTICIA DE "EL CORREO", DEL 6-10-99

 

El PNV apuesta por la unidad de acción abertzale para ir hacia la autodeterminación

Propone crear un «consejo de partidos» nacionalistas para impulsar la «construcción nacional»

jose v. merino bilbao

El proyecto de ponencia política enviado por el EBB del PNV a las bases del partido para su discusión de cara al congreso de enero plantea afianzar la unidad de acción abertzale a partir del Estatuto de Gernika con el fin de avanzar hacia el reconocimiento del derecho de autodeterminación. El documento propone crear un «consejo de partidos» nacionalistas que «impulse progresiva y eficazmente la construcción de la nación vasca». No obstante, marca distancias con la izquierda radical al constatar que «el pragmatismo es tan importante como el ideal». Por ello, apuesta por la cautela a la hora de considerar «ofertas nuevas de proyectos audaces y atractivos para un nacionalista, pero no siempre dotados de un mínimo de posibilidad práctica».

La ponencia desgrana en 38 folios el rumbo que debe seguir el PNV durante los próximos años. El documento del EBB, elaborado por Xabier Arzalluz con la colaboración de Joseba Egibar y del lehendakari, ha sido remitido a las organizaciones locales del partido para que los afiliados lo discutan y enmienden. El texto definitivo se someterá al congreso de enero.

El documento da un paso más en la línea seguida por el PNV al proponer el afianzamiento de la unidad abertzale en un momento en el que la construcción europea cuestiona las fronteras -«nos toca mirar hacia arriba más que hacia abajo»- y en el que «asistimos al fin de la actividad de ETA». En cambio, no se contempla la posibilidad de ampliar el consenso con los no nacionalistas. Con la paz en ciernes, una nueva Europa «que nos brinda una oportunidad sin precedentes para pensar razonablemente en la reunificación de espacios separados» entre España y Francia y la sociedad madura para respaldar de forma democrática el ideario nacionalista, los jeltzales creen llegado el momento de pisar el acelerador. El objetivo, avanzar hacia el reconocimiento del derecho de autodeterminación para que Euskadi «llegue a ser un sujeto dotado de identidad» en el mundo, ante la certeza de que «la mayoría de los vascos reclama la capacidad de decidir sobre sus asuntos»; un derecho, subraya, «de todos, no sólo de los nacionalistas».

Fiel a la ideología legada por Sabino Arana y apoyado en la «mayoría absoluta de votos» abertzales «de uno u otro signo», el PNV maneja con comodidad términos patrimonializados por la izquierda radical, como Euskal Herria o ámbito vasco de decisión, y considera «propios e irrenunciables los conceptos de soberanía, autodeterminación e independencia». No obstante, en un mensaje dirigido al MLNV, subraya que para andar el camino de la construcción nacional «no partimos de cero» y es preciso «jugar con inteligencia» por «no ser de recibo resolver la partida con violencia».

Críticas a la «deslealtad»

Los peneuvistas recalcan que tanto el Estatuto que apoyaron como el Amejoramiento del fuero navarro «no constituyen una respuesta cabal de futuro para la despierta conciencia colectiva vasca», aunque a renglón seguido glosan «su innegable valor». Valoran tanto el pacto estatutario como sus frutos y arremeten contra «la deslealtad y débil voluntad» de los sucesivos gobiernos centrales a la hora de desarrollarlo, hasta acusarles de «hacer desaparecer el elemento fundamental: la confianza».

El PNV, que no considera «muerto» el Estatuto emanado de la Constitución sino «bloqueado», parte de él para proponer «un nuevo consenso que, respetando el hecho diferencial y la potencialidad jurídica y política de su disposición adicional, posibilite un marco democrático de convivencia que contemple una definición y acuerdo satisfactorio y suficiente sobre el modelo de relación entre los poderes vasco y español». Se apoya en la legalidad hasta el punto de subrayar que «no es realista ni inteligente abandonar una vía de poder real, aunque limitado» por «proyectos sin garantías». «El pragmatismo es tan importante como el ideal», sentencia.

El PNV reconoce la pluralidad vasca, pero consciente de que «la existencia real de dos Estados no se neutraliza con el simple pase de una varita mágica», hace hincapié en la necesidad de configurar «la existencia práctica de una unidad cultural, lingüística en torno al euskera y política». Para ello, propone un «consejo de partidos» abertzales que «impulse progresiva y efizcamente la construcción de la nación vasca».

Muy crítico con ETA, a la que exige que deje de tutelar el proceso porque «sobra y estorba», defiende el plan de paz de Ardanza, Lizarra y el foro de Ibarretxe. La ponencia sí fija límites en las relaciones entre el PNV y la izquierda abertzale al advertirle de que «se equivocará si en vez de analizar la realidad se obstina en plantear experimentos». Tras apreciar su «ímpetu e imaginación», aboga por actuar con cautela «al considerar nuevas ofertas de proyectos, audaces y atractivos para un nacionalista, pero no siempre dotados de un mínimo de posibilidad práctica».

 

NOTICIA DE "EL PAIS" DEL 7-10-99

 

El PNV y el pacto nacionalista

El partido de Arzalluz convierte en doctrina estratégica su giro hacia la alianza entre nacionalistas

ISABEL C. MARTÍNEZ, Vitoria

La apuesta por la alianza entre nacionalistas, ya plasmada en la práctica política del PNV en el último año, constituye el núcleo de las novedades que la ponencia política del PNV para su Asamblea General (congreso) de enero aporta con respecto a la que está en vigor, la aprobada en 1995. La colaboración será posible con cualquier fuerza nacionalista que no utilice la violencia y que opere con reglas democráticas. El partido de Arzalluz considera necesario el trabajo en común entre quienes comparten "un ideario nacionalista" para extender el convencimiento de que el pueblo vasco es una nación y tiene derecho a "decidir libremente su futuro". "Ese ideal político es lo que nos une y permite crear una plataforma de colaboración", dice la ponencia, que propone se concrete en un Consejo de Partidos. "Es legítimo creer en la Nación vasca y es legítimo colaborar entre quienes creemos en ella", subraya.

El hecho de convertir la práctica del último año, incluido el pacto con EH, en guía de actuación para los cuatro de vigencia de la ponencia se considera ya "un riesgo" en algunos sectores del partido, que temen que el panorama actual de alianzas tenga que verse reformulado en el futuro. Esos sectores piensan que los autores del texto han escrito pensando en los radicales socios del PNV en el Parlamento de Vitoria, ignorando la necesidad que pueden tener de los dos grandes partidos, PSOE y PP.

La ponencia del PNV de 1995 consideraba ya como sus grandes metas la soberanía, la unidad territorial y "la independencia en Europa". Combinaba ese pronunciamiento con el pragmatismo de la vía estatutaria y la llamada a la reflexión sobre la utilidad futura del texto de Gernika y otras opciones posibles. Más o menos como ahora, ya que tampoco se concretan estas últimas. La ponencia actual sigue teniendo por irrenunciables los conceptos de nacionalidad y unidad, soberanía, autodeterminación e independencia. El PNV se proponía la articulación territorial y cultural, "desde el Adour hasta el Ebro", como una tarea de futuro que consideraba "más posible desde las nuevas realidades europeas". Se rechazaban la imposición o la presión irracional en busca de fórmulas homogeneizadoras.

Ahora se deja sentado que "la institucionalización de Euskadi" como país europeo pasa por "la acción concertada de la Comunidad Autónoma Vasca, la Comunidad Foral Navarra y una Iparralde (País Vasco francés) institucionalizada". "La incorporación de nuevos países recientemente independizados, de población menor y economía más débil que la nuestra", dice, sería una prueba de lo factible de la aspiración, manifestada hace meses por el portavoz del PNV, Joseba Egibar, de que Euskadi cumpla en el año 2004 las condiciones políticas para ser miembro de pleno derecho de la Unión Europea. El camino pasa, en todo caso, por "el convencimiento y la adhesión de la mayoría de los ciudadanos vascos y por un pronunciamiento público de voluntad que nadie podrá impedir por la fuerza".

" ETA. El PNV consideraba en 1995 a ETA como una organización de "esquema leninista", sin "señas preferentes de identidad nacionalista vasca". Hoy ETA "busca un camino que releve su actividad armada" y el PNV se muestra dispuesto a seguir "moviéndose", advirtiéndole de que no le conducirá a "colaboraciones incompatibles" con su "ser político" y le recuerda que "sobra y estorba".

" Paz. El PNV formuló hace cuatro años su intención de explorar "todas las vías" que considere "justas para superar el conflicto". La actual ponencia sólo abunda en el texto de 1997 en el que el PNV anunció contactos "sin exclusiones" en busca de la paz, incorpora la doctrina del plan Ardanza y del Pacto de Lizarra y pide "negociación política entre todos los partidos".

" Autodeterminación. Su reconocimiento es un derecho democrático a alcanzar, ya proclamado en 1990 por el Parlamento vasco; es soberanía y capacidad de elección. Es indiferente que lo recoja o no la Constitución.

" Construcción nacional. Es un proceso dinámico que incluye las eventuales "decisiones plebiscitarias" que el pueblo vasco pueda adoptar.

" Estatuto de Autonomía. Fue punto de encuentro de la pluralidad política vasca y ha dado frutos que se le reconocen. Fue erróneo el diagnóstico sobre su capacidad para cerrar el contencioso vasco a causa de la "deslealtad" de los órganos centrales del Estado. No está muerto y no se abandona como "vía de poder real" porque el pragmatismo es tan importante como el ideal.

" Nuevo marco político-jurídico. El incumplimiento del Estatuto agota un ciclo y dibuja una "transición inacabada" que exige un nuevo consenso político. Éste debe dar a luz un nuevo marco de convivencia entre los poderes vasco y español. Ese marco deberá respetar el derecho de Euskadi a definir su futuro, la relación interterritorial y la externa.