ENTREVISTA A URIARTE

 

publicada en el Magazine de "La Vanguardia" del 11-1-98. Entrevistado por José Martí Gómez

Escribe Eduardo Uriarte, en el prólogo de su tesis doctoral "El tratamiento periodístico sobre ETA desde 1964 a 1975", que resulta curioso que un país aburridamente entretenido como Euskadi tenga, para destruir y matar, una vitalidad tan llamativa. Uriarte, condenado a muerte en el proceso de Burgos, indultado y extraditado por el primer gobierno de la democracia, decidió escribir su tesis doctoral cuando un día, leyendo en la prensa informaciones sobre ETA, se preguntó qué había pasado para que "cuatro monigotes como éramos pudiésemos armar tanto jaleo informativo bajo el franquismo, con los medios de información bajo la censura o el control gubernamental".

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¿Qué hizo que naciese ETA?

ETA fue en gran medida una respuesta espontánea e infantil a una serie de condiciones sociológicas que ya nada tenían que ver con el franquismo Los que forman la primera generación de ETA, entre los cuales me incluyo, son hijos de la pequeña burguesía de Bizkaia, inmersa en una crisis a causa del plan de Estabilización. Es una ETA que acaba en 1969.

¿Qué define a la siguiente generación de ETA?

La inestabilidad social de sectores agrarios que se industrializan. Es la ETA que incorpora a las generaciones guipuzcoanas. Su discurso es mucho más agresivo y nacionalista. Su defensa de la lu- cha armada -de la que el sector trotskista se desmarca- la espolean sectores de una izquierda española que con el tiempo acabó también asumiendo muchos aspectos ideológicos de ETA, como afirma Patxo Unzueta en "Los nietos de la ira". La historia demuestra que el que trata de ma- nipular a ETA acaba siendo manipulado por ETA.

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¿Cuándo usted y otros como usted se deciden por la opción democrática?

Yo, estando en la cárcel. Por noticias que nos llegaban vi que, más lenta o más rápida, la democracia vendría. Un día recibí unas cuartillas en las que se me pedía mi opinión sobre el futuro de la organización. Expresé mi opinión en cuartilla y media y mi interlocutor me animó a seguir expresando mis ideas sobre la necesidad de optar por los partidos democráticos.

¿Ouién le escribía?

Pertur. Tenía necesidad de unas coartadas para limitar el futuro de ETA. El perverso de Apala y alguno más se lo cargaron para evitar que Pertur acabase con la fantasía de la lucha armada que nosotros habíamos originado.

Un alto cargo del Gobierno ha dicho que llegará un día en que quizá se acabe la pesadilla de ETA sin que haya vencedores ni vencido ¿Cree usted que es posible?

No. Son declaraciones generosas, pero ingenuas. Siempre hay vencedores y vencidos y ETA ha puesto tan alto el listón de sus objetivos que será vencida. Una organización represora que asesina de un tiro a personas modestas, representantes políticos de una comunidad. ETA ya no funciona en razón de los intereses de la sociedad vasca a la que en su origen dijo defender y representar. ETA se ha convertido en un instrumento para luchar exclusivamente por sí misma. Ya no hay patria. No hay referentes sociales. La patria es ETA. La sociedad es ETA. El único interés es el de ETA. ETA tiene una concepción absolutamente totalitaria, no tiene nada de libertadora. ETA es verdugo. Se ha convertido en lo mismo que en su origenes quiso combatir. Hace tiempo que ETA ha entrado en un proceso de inversión: dijo que nacía para defender las libertades de los vascos y acaba enfrentada a los ciudadanos vascos.

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Mientras me despide en el aeropuerto de Bilbao al anochecer recuerdo lo que me dijo cuando se cumplían diez años del proceso de Burgos: "El juicio nos convirtió de 'scouts' en personajes de primera página, con nombres y apellidos, y eso a veces pienso que es una pesada carga que llevar".

 

Hace 27 años cuando formó por primera vez en el patio de la prisión de Cáceres él y su intimo amigo Mario Onaindia -hoy los dos en el socialismo de Euskadi después de haber militado en Euskadiko Ezkerra- se dijeron que tenían por delante veinte años en los que poder estudiar de todo. Salieron mucho antes, convencidos de que había que decir adiós a las armas, pero la nueva gente de ETA ya no les hizo caso. Era otra generación...